Lo primero decir que nunca he destacado mucho haciendo deporte, he conseguido pequeños méritos pero nunca he llegado por ejemplo a un campeonato nacional o algo parecido. Aun así, el deporte me ha llenado muchísimo a lo largo de mi vida. He practicado fútbol, natación, tenis y karate de forma regular y en equipo. ¿Qué me ha aportado cada uno de ellos?
Empiezo con el karate. Lo practique en mi época de prescolar y primaria, junto a natación. El karate es uno de los deportes que más hecho de menos. Puede que por el hecho de ser un arte marcial y la forma en la que me lo ensañaron, evitando la competición, siempre enfocado a la liberación de uno mismo y la autodefensa. Aquí me quede a pocos días de examinarme de cinturón marrón, pero fue cuando me mudé a Mairena del Alcor. Aparte de lo típico que se aprende: los katas, el cubite (pelea de dos personas), etc. También tuve la oportunidad de aprender manejo de algunas armas como: el bo y el yo (palos de madera el yo de 1,5m y el bo de 1,7m), y el boken (espada de madera). Jamás olvidaré a Francis mi maestro, y su forma de ver el karate. Y mi primer campamento, donde pudimos practicar karate en medio de la naturaleza, entre otras actividades.
La natación, fue agradable. La practicaba con mi primo y era divertida. Sobre todo me gustaba crol, la técnica más común de nado. Gracias a la natación nunca me a dado miedo el agua, lo cual no se si es bueno o malo ya que en ocasiones hay que tenerle respeto a las corrientes jeje. Lo único malo es que al practicarla a la vez que karate, pues llego un momento en el que le perdí el gusto al entrenar los 5 días de la semana, a veces, teniendo unos 10 escasos años. Aun así tanto el karate como la natación los practiqué durante 7 años, los 7 que viví en Sevilla Este.
Fútbol, fue mi primer deporte de pequeño, aunque solo estuve un año antes de apuntarme a karate y natación. Después, movido por algunos compañeros del colegio, cuando me mudé a Mairena me volví a apuntar a fútbol 7. La verdad que disfrute mucho viajando por los pueblos, sobre todo mi segundo año donde fui titular indiscutible xD. Mi posición era la de portero y a pesar de las apariencias era bastante rápido y ágil, cosa que sorprendió a más de uno. Aquí disfrute del juego en equipo, lo que se sentía al estar en un equipo y ganar o perder como tal. Pero una vez creí haber disfrutado suficiente, y haber llegado a un nivel en el que estaba satisfecho y sabiendo que posiblemente no llegaría mucho más lejos, me decidí por probar un deporte individual, y de esta forma me decante por el tenis. He de decir, que actualmente vuelvo a practicar fútbol, esta vez sala, aunque no con el rendimiento que esperaba jaja, aunque ultimamente si me encuentro más satisfecho con mi trabajo bajo los palos.
Y llegó el tenis, deporte rápido, difícil, pero gratificante. Mi primer año fue de aprendizaje, aunque me defendí en la liga interna acabando 8 o 9 de 16 creo recordar. Y en el segundo empezaron los problemas, en el campeonatillo anterior al comienzo de la liga, el día antes me lesione el tobillo jugando al fútbol debido a una patada que me proporcionaron. Empezó el ranking (liga), jugué en el grupo B (donde estábamos los nuevos) y conseguir acabar 2º, lo cual fue bastante gratificante, además nunca baje de las dos posiciones de cabeza, las cuales íbamos intercambiando. Pero dispuesto a continuar practicando este deporte, debido a lo que me estaba gustando y por tanto disfrutando, tuve mi primera lesión grave, me partí la rodilla por dos sitios diferentes, cuando estaba apuntado ya a la liga de adultos del pueblo. Fue difícil sobre todo porque soy una persona que le gusta moverse, en esa época estaba también en la banda y me dijeron que posiblemente tardaría unos 6 meses o más en recuperarme, lo cual significaba perderme mi primera Semana Santa como músico.
Hago un paréntesis porque me parece un momento que fue complicado para mi. Cuando comenzamos con los conciertos de cuaresma yo todavía estaba bastante jodido (con perdón por la palabra), aun así quería tocar, era mi primer concierto y no quería perdermelo. Era con la Hermandad del Cautivo de mi pueblo, y fue una tortura la hora que estuve de pie, pero era feliz. Aguanté el tipo como pude, mis compañeros de vez en cuando se ponían a mi espalda para que pudiese descansar y pude terminar. Y por supuesto salí en Semana Santa, aunque fue una locura y un tiempo de comparecencia extra. Poco a poco me recuperaba y cuando ya no sentía dolor quise probarla, salía a correr, estaba en el gimnasio, y no había problema, pero cuando jugaba al tenis, era como si me quedase clavado, tenía miedo,miedo de que en un dibling, una frenada en seco o cualquier cosa se me doblara. Y al final, después de estar unos 5 o 6 meses con la rodilla buena, cuando empezaba a coger confianza de nuevo... me partí la otra, además es uno de estos momentos que sientes que se detiene el mundo, estaba frenando en seco de una carrera de velocidad y noto que no apoyo bien el pie de la pierna "mala", e intentado rectificar con la otra note como me partía, fue casi desgarrador para mi, conocía la sensación, lo que me estaba pasando y sobre todo lo que me esperaba. De esta forma deje de practicar deporte de forma regular.
De esta segunda lesión salí algo mas rápido y con mucha más confianza, tenía ganas de hacer deporte y quizás eso hizo que le tuviese menos respeto a las dos lesiones graves que había tenido. Tengo que decir, que a día de hoy ninguna de las dos rodillas me ha vuelto a dar problemas, y he practicado todo tipo de deportes desde entonces, toco madera para que siga siendo así.
En resumen, el deporte me ha ayudado a armonizar (por decirlo de alguna forma) mi cuerpo, el hecho de correr, golpear un balón, pararlo, nadar, dar una patada, me ha ayudado a sentirme bien. Me he divertido muchísimo, y me sigo divirtiendo, hacer deporte es una de las formas más sanas, fáciles y al alcance de todo el mundo para conseguir este fin. Me ha ayudado a comprender el trabajo en equipo, a formar parte de uno, a pensar como un grupo. Le a aportado a mi vida ese granito extra de competitividad y de competición, algo que es casi necesario para el ser humano, y que mejor forma que haciéndolo en un juego. Me ha dado alegría cuando he ganado y me ha servido para levantarme cuando he perdido.
Espero poder seguir mucho tiempo practicando deporte, aunque sea a modo aficionado como ahora.
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