miércoles, 2 de mayo de 2012

Lluvia

Hay 358 días en el año en los que no me importa que llueva, es más me gusta. Estos días atrás lo he comprobado una y otra vez.

Me gusta que caiga una suave lluvia que me permita salir a la calle sin paraguas, que la lluvia golpee mi ropa, mi cara, y me cale poco a poco. Son momentos que me permiten ir más allá de las calles, del ruido de los coches, del bullicio. Las calles solitarias, con gente caminando deprisa para no mojarse, me gusta el centro, pero sobre todo el campo en estos momentos.


Cuando llueve fuerte me gusta mirar a través de la ventana, escuchar como cae la lluvia y dejar que mi mente vague allá donde quiera. También me gusta leer, el sonido del la lluvia me relaja, y me resulta más fácil convertirme en el personaje del libro.



Hay muchos momentos con lluvia que me han resultado bonitos: el descenso del Sena en canoa, un paisaje precioso, verde por todos lados, con una fina lluvia mientras remaba. Pasear por el centro por la mañana temprano, momentos para apreciar la belleza de sus calles sin duda. Tocar la corneta, momento bonito y triste a la vez, sabes que no vas a salir acompañando al paso, pero no importa, tocas una marcha tras otra en la puerta de la iglesia, daba igual lo fuerte que lloviera, más fuerte resonaban los instrumentos. Mi primer descenso en rape, con 8 años, bajando por una pared en mitad de la sierra, etc.

Además si después se deja ver...



" Lluvia de primavera; ¡pobre de aquel, que nada escribe!. "
Yosa Buson

1 comentario:

  1. Uff! Que de sensaciones y que de belleza en este texto. Me gusta mucho leer con la lluvia golpeando los cristales, o dejar que la ropa se cale mientras crees que flotas. Son algunos de los grandes placeres de la vida.

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